Hay años que una realmente tiene ganas de que terminen... como si eso fuese a significar que se terminara de alguna forma todo aquello que en él ha tenido carácter negativo...
Hay veces que una, con esa ya imposible ingenuidad que la vida se ensaña en quitarnos, espera pese a todo que tras esas campanadas que anuncian que un nuevo año ha empezado en nuestras vidas, como por arte de magia, se resuelvan esas papeletas que durante doce meses (o son ya 24... o 48) no se ha podido “meter en cintura”.
Hay años, que una empieza a pensar antes de tiempo esos doce deseos que pedirá con sus uvas... calladamente, sin que nadie se entere para que no sigan haciendo chistes con sus ¿manías?.
Hay años que una está deseando oír ese descorche que significa que ha dicho adiós a suficientes amarguras, en el deseo de que en el año que empieza, no puedan volver a tener cabida.
¡¡Felizz... Felizzzzz... Felizzzzzzzz Año Nuevo!! Ojalá y todo lo que nos traiga sea para bien, o simplemente lo podamos asumir sin demasiadas “fatigas”
Hay veces que una, con esa ya imposible ingenuidad que la vida se ensaña en quitarnos, espera pese a todo que tras esas campanadas que anuncian que un nuevo año ha empezado en nuestras vidas, como por arte de magia, se resuelvan esas papeletas que durante doce meses (o son ya 24... o 48) no se ha podido “meter en cintura”.
Hay años, que una empieza a pensar antes de tiempo esos doce deseos que pedirá con sus uvas... calladamente, sin que nadie se entere para que no sigan haciendo chistes con sus ¿manías?.
Hay años que una está deseando oír ese descorche que significa que ha dicho adiós a suficientes amarguras, en el deseo de que en el año que empieza, no puedan volver a tener cabida.
¡¡Felizz... Felizzzzz... Felizzzzzzzz Año Nuevo!! Ojalá y todo lo que nos traiga sea para bien, o simplemente lo podamos asumir sin demasiadas “fatigas”