.No deja de ser curioso que lo que más nos empeñamos en enmendar en los demás es en aquello en lo que más fallamos, es como si de alguna forma con ello paliásemos nuestras propias mermas, como si el fallo del otro disminuyese por completo al que a nosotros nos afecta.
Y de alguna forma no es un error, tratamos un problema del que conocemos realmente bien cada detalle, es como recorrer un camino del que sabemos de memoria cada curva y cada recta...
Podemos afrentar al otro con todas y cada una de las excusas con las que se contenta, por que son las mismas con que nosotros acallamos nuestra conciencia, e incluso conseguimos muchas veces ser el detonante que hace que el otro explote y supere ese problema, esa limitación que le merma... aunque a nosotros no nos sirvan los estímulos que a ellos les sirvieron de espoleta.
No deja de ser curioso, y me sigo preguntando si es generosidad, si es venganza, o si es simplemente que hacemos pruebas...
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