Manteniéndonos en pie

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Y hoy me he levantado tremendamente cansada, bueno, como cansada me acosté ya ayer, mejor diría que “muertecita”, que es como me siento realmente.

Me ha dado igual, tenía suficientes cosas que hacer, y encima, con esta manía mía de últimamente de andar con un aspecto imponente, pues como que me ha costado el doble, que lo suyo, en lugar de ir pisando fuerte y bien pizpireta, es que hoy me hubiese limitado a ir arrastrando los pies.

Pero he de reconocer que de alguna forma funciona, que el peso específico que tiene el “cómo te ves”, “cómo te ven” en como terminas por sentirte, es realmente grande, que uno se deja llevar y mucho por “la imagen”, y cuanto más se arrastra, más arrastrado se siente… estúpidas consecuencias, pero, me hacen gracia, lo tengo que reconocer.

Tengo ahora más o menos una horita antes de volver a ponerme las pilas y ponerme de nuevo en marcha, de entrada, había pensado tirarme en el sofá, y dar rienda suelta a como me encuentro realmente, pero he empezado a pensar que si me dejaba llevar, me costaría luego más del doble volver a recomponer lo que me ha costado tanto componer desde el principio del día, de forma, que aquí sigo, empeñada en mantener el tipo el tiempo que haga falta… y lo cierto, es que esa decisión, me hace sentirme bien.

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