¡¡Huele a Feria!!

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Se acerca "La Feria", y a pesar de que ya no tiene nada que ver con La Feria que fue, no puedo evitar que siga significando para mi todo aquello que siempre significó, y el gusanillo aquel que se asentaba en mi estómago conforme las fechas se acercaban, vuelve a tomar posiciones en él sin más.

Ya no hay Coches de Caballo para llegar, paseo obligado al menos un día con mamá, el Día más Grande, ese en el que nada podía faltar, pero a mi me sigue pareciendo que escucho el repiqueteo rítmico de sus cascos por detrás cuando me acerco al Recinto, e incluso diría que más de una vez les oigo resoplar.

¡¡Huele a Feria!!... y no puedo evitar que la alegría me inunde por completo, por que si, aún cuando luego me agote solo de pensar en volver a enfilar el camino que me lleva a ella... aún cuando ya perdone cada vez más las noches interminables en ella que antes no perdonaba ni loca, pero el caso es que la visita diaria, aunque solo sea un ratito, no puede faltar.

Sabe a Feria... y ese sabor inconfundible me llena...

¡¡Me encanta La Feria!!... ¡¡Ea!!

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