No deja de ser curioso cómo a veces, cuando ya parece que estamos a punto e estallar, un pequeño gesto, un hecho nimio... una palabra con el tono adecuado, consigue que nos sintamos de nuevo frescos y radiantes y en situación de volver a empezar, como un cachorrito al que tras una enorme riña rascamos detrás de las orejas... y de repente, olvida todo lo demás.
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LUCRECIA BORGIA EN ELDA
Hace 5 semanas
6 comentarios:
Tu post de hoy me ha hecho recordar aquel poema que dice asi:
"Cuando te encuentres en un lugar dificil y todo se vuelva contra ti hasta que parezca que ya no puedes resistirlo ni un minuto más, no abandones, porque ese es precisamente el sitio y el momento en que cambiará la suerte"
Un fuerte abrazo
Se me olvido decirte que el poema es de Harriet Beecher Stone.
Otro abrazo
Es cierto lo que dices. La mente humana es inexplicable.
Lo jodido es cuando ese momento mágico se acaba y nos vuelve a la memoria lo anterior...
Pero mejor quédate con el comentario de Nerim que es mucho más positivo.
Un abrazo
Si,pero no todos somos iguales.Un abrazo mia
bueno... no se si rascar detrás de las orejas me calma....
o me toca mas los c......
Oye!!! lo de entrar en tu blog y que me salga publicidad de "problemas capilares?" casi me ofende....
... rascame la barriguita para que se me pase...
saludos...
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