lunes, octubre 15, 2012

Pereza

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Y decidir de repente recuperar el placer del ejercicio de La Pereza como toda actividad, dedicándole el tiempo y el mimo que precisa, con esa entrega absoluta que antaño supiera darle, mimando cada detalle para que resultara absolutamente plácida, absolutamente pura, totalmente envolvente....

Y zambullirme en ella consiguiendo perder el punto que finalmente había adquirido en mi trato con ella, el de rendición, ese punto de ansiedad de quien se ha dejado vencer en lugar del que siempre supe darle, el de mecerse en ella deleitándome de cada segundo en que me arropa dulcemente, en que me calma, en que me abraza y me dulcifica el alma y el cuerpo... recordándome que la placidez es el mejor de los estados cuando te dejas llevar en lugar de empeñarte en luchar contra ella como si fuera un error, como si fuera algo que debemos combatir, como si fuera algo que debemos descartar...

No sé en que momento olvidé mi eterna historia de amor con La Pereza, no sé por que decidí que en lugar de ser siempre mi aliada se había convertido en mi enemiga, y que debía escapar de ella....

Y aquí estoy, recuperando a mi gran aliada, a quien  di la espalda como si pudiera causar de repente que me perdiera el mundo por abandonarme en ella...

Y de nuevo descubro que es quien me lleva a desear comerme el mundo con la tranquilidad de que Ella siempre está aquí, y que siempre me espera...

¡¡De Vacaciones!!, y envolviéndome voluptuosa en el increíble placer de La Pereza...
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