martes, julio 12, 2005

Va de desencantos

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Tengo ahora mismo tal nivel de rabia, de indignación, de frustración... que realmente me preocupa... llegas a creerte una y otra vez que los valores y la norma son válidos, para una y otra vez comprobar que los intereses creados están por encima de ninguna otra cosa, llegas a creer en los que te rodean aún a pesar de haber tenido motivos más que suficientes para no volver a creer nunca, tan solo para volver a darte de bruces contra la convicción de que nunca debiste volver a confiar...

Que fácil es quedarse en la línea de lo no ilegal, sin molestarse en que de paso termine siendo realmente amoral...

Cuantas veces recuerdo aquel libro que leí siendo una cría, cuyo título podría servir en este tipo de situaciones y otras cientocienmil más...

“No era de los nuestros”

Después de eso, no hace falta añadir mucho más.

Me temo que he copado mi asumible nivel de desencantos, eso si, también es cierto que eso me va a ayudar a vivir mucho más cómodamente, al final, solo hay que hacer lo que todos los demás... mira, así dejaré de ser un problema, lástima que lo pagarán justo lo que no lo tendrían por que pagar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acabo de leer todo tu blog completo, todas las cosas de Mía.

Ha sido una experiencia. Me atrevería a decir experiencia emocionante, pero creo que la propia palabra experiencia es ya bastante potente para definir la sensación de meterse en el diario de alguien y leer sus último dos años de vida, a veces ocultos, otras veces claritos como el agua: entre fragmentos, manglares, ballenas y frustaciones... aturdimiento. Sí también sería una buena palabra.

Escogí un blog al azar (pseudónimo de Dios cuando no quiere firmar, dicen), y decidí leerlo, y como soy de esos que o hacen algo bien o no lo hacen, me puse desde el principio. A veces me pongo el listón demasiado alto y nunca lo salto, pero ahora en un par de horitas lo he hecho. Quizás haya tenido en parte la misma sensación que tú cuando acabaste de recopilar esos escritos de foros.

Tuve claro desde el principio que iba a dejar un mensaje, y más cuando vi que nadie lo ha hecho antes. Y quizás sea algo que no esperas, incluso fuera de lugar. Pero me hace gracia ser yo, tener la oportunidad de ser el primero. Apuesto a que me cogerás cariño. Me puedo permitir el lujo de ser un poquito intrigante, y descarado... has puesto tantos pensamientos al servicio de todos... ¿de todos? de mi al menos. ¿contabas con ello? posiblemente no, aunque seguro que en el fondo esto era como un mensaje en una botella, o el diario de Anna Frank.

Pues yo he recogido la botella; anónimo cual lector de periódico (porque efectivamente es más emocionante si firmo como "anonymous"), pero respondón. Es el privilegio que nos da el blog... voy a compartir esa frustación, aun sin permiso, y quién sabe, lo mismo esto te hace reir y, con buen gusto por la vida, como bien proclamas, escribir de nuevo, algo menos frustrada...

Nunca pensé que responder un blog fuera tan gratificante como escribir uno propio...

Encantado de haberte conocido sin hacerlo...
JB