viernes, febrero 15, 2008

Embadurnada de harina

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Siempre que llegas a casaaaaaa

Me pillas en la cocinaaaaa

Embadurnada de harinaaaaaaaa

Con las manos en la masaaaaaaa



Cómo no canturrear miles de veces esa canción de “Vainica Doble”… si es que me encanta la cocina, no lo puedo evitar, cierto que paso temporadas y largas que no entro a ella ni loca, pero más cierto aún, es que para mí, es un auténtico placer cocinar.

Y mira que digo “cocinar”, que lo que es “hacer de comer”, no lo puedo soportar, ese acto rutinario y sin alma de hacer loquesearapido por que hay que comer algo, lo encuentro penoso, de verdad… pero cocinar… cocinar es algo sublime, todo un arte, en el que hay poner los cinco sentidos y hacer gala de la más absoluta sensibilidad, hay que buscar la mezcla de texturas, de aromas, de colores y sabores, hay que buscar conseguir el placer absoluto para la vista, el olfato, el tacto (si, también el tacto) y sobre todo el gusto…. hay que saber combinar todo esto, y lo más importante, saber hacerlo con lo que uno llega a encontrar rebuscando en frigorífico y despensa… que tener todo programado, no deja de tener arte, por supuesto que lo tiene, pero el súmmum, es saber crear de donde no se imagina uno que se pudiera crear.

Otra vez ando gozando de los placeres de la cocina… y reconozco que me reporta unas satisfacciones… difíciles de explicar.

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1 comentario:

Inma dijo...

Odio la cocina, claro, guiso todos los días… Como pertenezco a familia grande el sábado pasado cociné para sólo 17 personas. Puedo preparar una cena para varias personas con muy pocos elementos, por eso mismo de ser muchos de familia, se aprende a multiplicar los panes y los peces.
Mañana no cocino me escapo por un día, pero el domingo ya es lunes y me espera toda la semana de guisos cacerolas.
Feliz cocina yo noooooooooo!!!
Mil abrazos.