Y mientras me extasiaba contemplando los Arces Rojos que comenzaban a vestir su púrpura color de invierno, sonreía comprobando como mi corazón siempre vistió el mismo color... aunque en algunos momentos lo olvidase por algún aíre gélido.
sábado, noviembre 08, 2008
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11 comentarios:
Una fotografía muy bonita. Yo tuve la suerte de hacer un viaje a la Peña de Francia en noviembre, hace ya bastantes años, y el paisaje se veía más o menos así (sin mar, claro). Espero que tu corazón, pese a la belleza otoñal, también reverdezca de vez en cuando. Besitos.
Lástima que las imágenes no hagan justicia por el día que hacía a la realidad de Niagara...
No me refería a la belleza otoñal, si no al intenso púrpura.. vibrante y pulsatil... que casi se podía escuchar ;)
¿ Conoces Galicia? mi valle es muy parecido a esa foto, en este momento es puro color ocre y purpura,además mecido todo el paisaje por el viento.
te invito algún día a saborearlo en un otoño como este.
Mil besos
bello...
Una foto que invita a soñar por la gran belleza que encierra. Sentarse sobre la arena, admirar de cerca esos colores y acompañada con el olor y el ruido del mar, es el marco ideal para encontrarse con uno mismo.
Maravilloso paisaje otoñal en el que la naturaleza parece que comienza a morir ,pero en realidad no es mas que el inicio de un eterno renacer. Y de tu corazón qué? Pues que me alegro que tenga en estos momentos los colores purpura y rojo.
Bonito paisaje,supongo que tu corazón y él estarian en sintonia.
que color es el que ha vestido tu corazón? el del invierno? o el de los arces rojos, que cambian constantemente? ...
Permiteme txus la licencia poética de asociar el Púrpura a la sangre... al latido... a la vida... a eso me refería ;)
Menudos contrastes, es precioso Mia!!!
Qué precioso. Me encantan los arces.
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Saludos, Goathe.
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