Eso de “Hacer Limpiezas” es realmente de lo más difícil, y no me refiero claro está a esas de “Mocho y Plumero”, me refiero a las limpiezas personales, a las limpiezas de verdad.
De vez en cuando nos toca “dar un repaso” de puertas para adentro, está claro que de puertas hacia afuera se cumple con regularidad, pero este otro, el realmente importante, lo vamos dejando normalmente aparcado sin más.
Pero es que cuando una se pone, descubre hasta que punto es de verdad difícil, que detalles nimios lo convierten en una tarea titánica, y es que hasta en la cosa más tonta, vamos dejando siempre “detallitos” imperceptibles que nos atan a realidades de un momento, que el tiempo hace que dejen de ser actualidad, y que debiéramos borrar de un plumazo para mantener nuestra salud mental.
Alguien se ha fijado por ejemplo, en un momento dado, que contraseñas se llegan a utilizar???, y lo malo es que cuando se llega a ese punto, es que ya hay historia detrás, y claro, cuando una anda de “Limpiezas”, cuando ya se ha armado de valor, y ha ido reorganizando su espacio, y su vida, y su más íntima intimidad, se encuentra de repente con “contraseñas” que joden de golpe todo el trabajo ya ejecutado, y lo peor, es que se le quitan también de golpe las ganas de trabajar más.
Pero encima, es que si decides de repente cambiarlas… ya la has cagado, que es mucho tiempo con ellas arraigadas, y se te olvidan sin más.
Solo tiene una cosa buena todo esto… bueno, si te pilla con buen pie claro… y es “la pecha” a reír que dándose cuenta una de estas tonterías, se llega a pegar.
Me apuntaré entre los deberes pendientes, el hacerme una aséptica lista de posibles contraseñas… por lo que en un futuro pudiera pasar.
De vez en cuando nos toca “dar un repaso” de puertas para adentro, está claro que de puertas hacia afuera se cumple con regularidad, pero este otro, el realmente importante, lo vamos dejando normalmente aparcado sin más.
Pero es que cuando una se pone, descubre hasta que punto es de verdad difícil, que detalles nimios lo convierten en una tarea titánica, y es que hasta en la cosa más tonta, vamos dejando siempre “detallitos” imperceptibles que nos atan a realidades de un momento, que el tiempo hace que dejen de ser actualidad, y que debiéramos borrar de un plumazo para mantener nuestra salud mental.
Alguien se ha fijado por ejemplo, en un momento dado, que contraseñas se llegan a utilizar???, y lo malo es que cuando se llega a ese punto, es que ya hay historia detrás, y claro, cuando una anda de “Limpiezas”, cuando ya se ha armado de valor, y ha ido reorganizando su espacio, y su vida, y su más íntima intimidad, se encuentra de repente con “contraseñas” que joden de golpe todo el trabajo ya ejecutado, y lo peor, es que se le quitan también de golpe las ganas de trabajar más.
Pero encima, es que si decides de repente cambiarlas… ya la has cagado, que es mucho tiempo con ellas arraigadas, y se te olvidan sin más.
Solo tiene una cosa buena todo esto… bueno, si te pilla con buen pie claro… y es “la pecha” a reír que dándose cuenta una de estas tonterías, se llega a pegar.
Me apuntaré entre los deberes pendientes, el hacerme una aséptica lista de posibles contraseñas… por lo que en un futuro pudiera pasar.
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