A veces nos asustamos mucho, no sé si tontamente o con razón, pero lo cierto, es que de repente se nos encoge el estómago como si nunca más se fuera a comportar con normalidad.
Y es una estupidez, eso solo consigue que no nos sintamos en perfectas condiciones para coger ese “susto” por los cuernos y dejarnos de majaderías y de especular, que otra cosa no se nos dará bien… pero especular… y si aún sirviera para algo, pero, salvo una especulación productiva financieramente hablando, cualquier otra, es fatal.
A veces es normal que nos asustemos mucho, lo único importante es que seamos coherentes y le dejemos ejercer al “susto” el tiempo justo… ni una pizquita de menos, pero sobre todo, ni una pizquita de más, por que en cualquier especulación tan solo hay una cosa cierta, y es que lo que es… será, le demos pocas vueltas, o le demos más.
Y es una estupidez, eso solo consigue que no nos sintamos en perfectas condiciones para coger ese “susto” por los cuernos y dejarnos de majaderías y de especular, que otra cosa no se nos dará bien… pero especular… y si aún sirviera para algo, pero, salvo una especulación productiva financieramente hablando, cualquier otra, es fatal.
A veces es normal que nos asustemos mucho, lo único importante es que seamos coherentes y le dejemos ejercer al “susto” el tiempo justo… ni una pizquita de menos, pero sobre todo, ni una pizquita de más, por que en cualquier especulación tan solo hay una cosa cierta, y es que lo que es… será, le demos pocas vueltas, o le demos más.
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