martes, enero 30, 2007

Aprendiendo a andar ligera

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Ya hacía tiempo que andaba desosegada, de esa forma sibilina, de esa forma que no acaba de estar clara, a pesar de que todo marchaba aparentemente bien, algo en lo más profundo le decía que era falsa esa calma, ese nudo de repente en el estómago, era algo que nunca la engañaba.

Siguió dejando pasar el tiempo intentando convencerse de que no podía pasarse la vida vigilando lo que “a su estómago se le cruzaba”, pero al mismo tiempo, demasiado acostumbrada estaba a que ese nudo nunca fallaba.

Tampoco se hizo esperar demasiado el desenlace, y tampoco le pillo de sorpresa el hecho, tan solo, no podía creer que de nuevo la historia se repitiese, como si de una espiral se tratara.

Y pensó de nuevo dejar que pasara el tiempo, de alguna forma, enfada por empeñarse en no creer en las señales, pero al mismo tiempo convencida de que a pesar de todo, no hubiera podido hacer nada.

Pero no era cierto, si que había hecho algo, algo que quizás debió hacer mucho antes pero que por la razón que fuese, nunca se animaba…

Soltó lastre.. y aún cuando todavía no andaba demasiado segura sobre sus pies, con ese cambio en la carga, si que era capaz de presentir, que todo iría mejor con menos trabas.

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