jueves, enero 25, 2007

Polvo de serrín

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Es increíble lo concienzudo que es el polvo… da igual el que sea, una se cree que ha de ser tierra, pero de eso nada, nunca hubiera podido imaginar que pudiera ser tan ladino y persistente el polvillo del serrín… ¡¡Que barbaridad!!

Que si se ha ido teniendo realmente cuidado, parece… y digo “parece” que apenas hay motivo de alarma, que eso se limpia en un “pis-pas”, pero cuando se pone tan contenta una manos a la obra, descubre que de eso nada, que hay serrín hasta en el aire que se respira… y lo que es peor, que cuando se cree que lo ha quitado todo, echa la mirada por encima, y el desgraciado ha vuelto a aparecer sin más… eso si, por lo menos, en muchísima menos cantidad.

De nuevo te pones al ataque, y esta vez, teniendo claro que tras tu paso, no va a quedar ni una mota que enseñar, repasas, eres super-requete-concienzuda, echas una ojeada, te sientes satisfecha, y vas a recoger para finalizar.

Cuando vuelves a ver tu obra terminada, y cuando más satisfecha estas, tienes de repente una sensación extraña, te agachas, miras.. tocas ligeramente y…

¡¡Otra vez!!... apenas perceptible desde luego, pero el muy desgraciado, otra vez está.

No hay más remedio, te das la media vuelta, te pones el abrigo… y a pasear, total, una pizca de polvo de serrín… ¡A quien puede molestar???, a mi no desde luego, así, que ya está

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