viernes, agosto 25, 2006

Ángela

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Se ha muerto Ángela... sin yo enterarme, aunque no es del todo cierto, que hace unos días, unos 15, de repente me acordé de ella con una fuerza impresionante, y me pregunté como es que hacía tanto que no sabía de ella y no la veía, pero... no podía pasarle nada y que no hubiera venido nadie a avisarme...

Y ayer me lo dijeron... de repente al cruzarnos, además sabiendo al vernos que hubieran debido decírmelo antes, “Mi Gitana Guapa”... que pocas veces se puede conocer algo más grande.

Y no te despedí guapetona, y estoy segura que me extrañaste, que por eso viniste a decirme que como no te había echado de menos antes... solo he preguntado una cosa a tu nuera (se que sentía profundamente cuando me lo contaba no haber caído en venir a avisarme... que se lamentaba y ya he tenido que decirle que da igual, que no tenía que decirte nada, que tú lo sabes)... solo le he preguntado si te moriste bien, aunque no tenía dudas, y me dijo que si, que bien, sin sufrir, con los tuyos, que te has muerto como eras.. “De verdad elegante”

Hoy lo he contado a los compañeros... a los que te conocían... a los de antes, y todos te han sentido como te merecías guapetona, que aún veo tus ojillos burlones, que ni tus casi 90 años podían disimular el ardor con el que arden, y mira que digo arden, que no es posible que una simple muerte con eso acabe... y tus enaguas, que bien que presumías de tu olor a limpio y de enaguas de blanco de verdad brillante... “Mi Gitana Guapa”... mi Ángela... de verdad ALGUIEN GRANDE...

Ahora me estoy sonriendo con aquella frase que siempre me decías a pesar del paso de los años desde aquella primera vez que entraste tan digna y respetuosa en mi consulta y sin embargo no evitaste el piropo “descarado” antes de marcharte.

“Si fuera hombre... te robaba guapa...”

Contigo si que no han podido resistirse, y al final te han robado... estas donde querías guapa, que no tenías prisa, pero para ti el cielo era algo de verdad deseado, y sé que estás en tu cielo, y que no te hace falta ni un empujoncito de nadie para haber llegado allí en un pequeño salto...

No me olvidaré de ti guapetona... ni de todo lo que me has enseñado

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