Es curioso cuanto placer llega a suponer que un pensamiento suelto, tonto… se convierta en “una conversación” una idea, un delirio dejado al azar nos devuelva el eco que llegó a generar.
De repente, se vuelve a tomar conciencia del poder que llega a tener la comunicación, de la forma que sea, se cuestiona uno incluso que un gesto inadvertido puede llegar a tener trascendencia, que el “Efecto Mariposa”, no solo no es una simpleza, si no que debería considerarse y estudiarse como toda una ciencia.
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