El envite

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Pues me he encontrado de repente esta mañana con un envite (no confundir con invitación aún cuando también lo sea) donde se me insta (bueno, tampoco es tanto, casi lo dejaré en invitación no más) a que exponga públicamente Seis de mis Manías (me va a tocar hacer una selección cuidada, no sea que al final no sepa por cuales optar, y pida permiso para ampliar la lista… j aja ja)

Bueno, quizás sea una buena fórmula para salir de este remolino mental que me mantiene monotemática, aún cuando me consta que volveré a él una y otra vez más, por cierto, ayer, vino mi hermano a pasar el día con “nuestro chiquitín”, está para comérselo, se ríe tanto, ya corre que se las pela, y no para de juguetear, no extraña a nadie, y es tan cariñoso y mimoso, que cuesta aceptar que al final del día e va a marchar.

Y me pongo con lo de las manías, creo que la primera, más que manía es obsesión, así que mejor explicarla… o no, que si se explica, parece que anda uno justificándose, y con una manía, casi suena peligrosamente patológico empeñarse en dar una explicación, por cierto, coincido con las manías de Al en dos ;)

1 – Si he de tomar una pastilla por primera vez, jamás lo hago por la noche, así tengo la tranquilidad de que si algo no va bien, estaré despierta y en condiciones de poder tomar medidas, y cualquier pastilla que tome, la compruebo una y otra vez antes de metérmela en la boca, e incluso a veces, después de hacerlo, la saco y la vuelvo a comprobar otra vez (estas cosillas siempre tienen un “por qué”, y está claro que con 11 años, tomé una equivocada y solo yo sé lo que pasé)

2 – Los cuadros torcidos…. Uuuufffffff, muy común esta, he de confesar que me cuesta un Potosí no ponerme a enderezarlos allá donde se escapa de la lógica hacerlo, aunque a veces incluso lo hago sin darme cuenta casi como quien no quiere la cosa…

3 – Compruebo los números mil veces… también forma parte e una alteración que de chica me trajo muchos problemillas, invierto los números, es decir, si es un 64, yo “entiendo” de entrada un 46, así que sobre todo en cuestiones laborales, me cuido muy mucho de comprobar los mismos una y otra vez.

4 – Siempre saludo (aquí coincido con Al) aunque no tenga claro a quien, en último caso, a veces es una sonrisa la que nos invita a hacerlo o nuestra propia sonrisa la que invita al otro, pero pienso que el saludo siempre hace bien, y si a este le sigue una charla, pues encantada, las más de las veces terminas dándote cuenta de que si había un por qué.

5 – Lo de ir al baño antes de salir es obligado, igual que antes de irse a la cama, aunque se hubiera ido 10 minutos antes, pero creo que forma parte de los comportamientos aprendidos desde chiquitina, y me parece muy bien.

6 – Empeñarme en llegar a entender los “Por qué”… no puedo evitarlo, y mira que eso las más de las veces termina siendo un imposible lo sé…

Y ya está, me temo que no estoy en condiciones de hacer yo un envite, mi vida blogera ha sido siempre en solitario, y no tengo a quien, pero estaré atenta a los envites hechos eso si…

Y ya está, ya contesté.

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