Cuando te has muerto varias veces, te mueres luego con mucha naturalidad, sin aspavientos, con mesura.. ¡¡Vamos!!.. con muchísima dignidad.
Tiene que ser por eso la verdad, porque mira que me pregunto a veces, como con aquello que el de al lado insiste en que se le acaba la vida, yo me repliego un tanto, pero sigo palante sin rechistar... a veces, no me queda otra que hacer un parón de uno o dos días, o casi un parón, que hay muchas cosas que no se pueden dejar de andar, pero en aquellas que cabe la duda, en esas, no me llego a cantear.
Que digo yo, que morirse... morirse, (es decir, morirse de no volver a respirar), se muere uno cuando le toca por más que se dedique a insistir sin parar, en la de cosas que continuamente, le vienen cada dos por tres a matar... que si el disgusto en el curro, que si hacienda al final, que si la puñalá trapera que el “susodicho” te acaba de dar... en fin, que son muertes de tres al cuarto, que más vale no mencionar, que el día menos pensado, una fe de vida nos va a tocar llevar, pa que nos paguen la nómina de tanto agonizar.
De todas formas.. insisto, ¡¡Que caché da el practicar!!, que llevando a las espaldas, muchas de estas muertes sin fuste ni ná, tiene “una” una elegancia que es digna de mencionar, que casi me parece oír a la gente comentar, a mi paso tras alguna muerte, de estas que cabo de nombrar...
- ¡¡Mírala!!... ¡¡Que bien se muere!!... si da gusto verla... de verdad...
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