Siempre quise ver El Faro del Fin del Mundo, desde que siendo una niña devorase este y todos los demás libros de Verne, cuando preparamos nuestro viaje este año era de alguna forma el motor que más me empujaba, cumplir una vez más uno de esos pequeños sueños acunados durante décadas, sentir de nuevo que se es tan absolutamente afortunada que los sueños se van haciendo realidad...
No he podido cumplir ese sueño... pero, ¿seguro que no lo he hecho???, no he podido realmente ver El Faro del Fin del Mundo, ese otro faro que nos venden como si fuera el original si lo he visto, tanto es así que cumple su papel, que son muchos, muchísimos los habitantes de la hermosa Ushuaia los que no saben que ese no es el de verdad, para el otro, para que no se ve ni un yendo casi a su encuentro, hacen falta tres días de navegación infernal que se escapaba a nuestro tiempo y posibilidades, pero aún dolida por esa merma, disfruté de forma inexplicable al descubrir ese otro faro que una avista tras un buen recorrido por ese maravilloso Canal de Beagle que te va embargando poco a poco hasta tenerte tan expectante que casi te da igual el saber que el faro al que vas a enfrentarte no es el que siempre quisiste encontrar.
Y de repente emerge... acompañado por otras isletas repletas de hermosos Lobos Marinos y elegantes Cormoranes y el espíritu de la niña que existirá siempre se apodera de mi y te hace estremecerte como si hubieras llegado al mismísimo confín de esa Isla de los Estados que difícilmente pisaras y la sonrisa se instala en mi cara dispuesta a no desaparecer jamás....
Al día siguiente otra increíble experiencia, recorreremos los Parques y al llegar a Bahía Ensenada, donde hasta el pasaporte te sellan por haber llegado al Fin del Mundo no pude dejar de preguntarme si es que acaso mi pequeño sueño, se había hecho realmente realidad, admire su Isla Redonda, respire aquel perfume helado y me dedique solo a sentir y a mirar...
Y de repente mis ojos me dieron la razón... allí estaba, solo podía significar eso, mis ojos no podían engañarme, y aquella majestuosidad con la que me encontraba era sin duda lo que yo había ido a buscar
¡¡El Fin del Mundo!!... cuan afortunada llego a ser la verdad...
¡¡El Fin del Mundo!!... cuan afortunada llego a ser la verdad...
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